Ser
mujer hoy no significa lo mismo que medio siglo atrás. Hoy en día las mujeres
tenemos más oportunidades y derechos reconocidos, más allá del camino que falte
recorrer. Pensemos solamente que, no hace mucho tiempo atrás, la población
femenina no podía votar ni ejercer su deber ciudadano; como este ejemplo hay
miles, relacionados con el ejercicio de profesiones, trabajos, hobbies y muchas
actividades que se pensaba no debía desempeñarlas una mujer. En pleno siglo
XXI, esta idea se está reemplazando, dando lugar a otra que no prohíbe que una
mujer realice una actividad…al menos expresamente.
Cierto
es que las nuevas libertades femeninas vienen acompañadas de nuevas presiones.
El hecho de ocupar el mismo puesto de trabajo que un hombre nos somete, muchas
veces, a tener menor remuneración por igual tarea, o a ser objeto de
comentarios insolentes porque nuestro trabajo o carrera universitaria “son de
varones”. La discriminación sigue siendo moneda corriente en una sociedad aún
marcada por el machismo. Y la violencia laboral no es la única,
lamentablemente: los femicidios y la violencia de género se ven todos los días,
muchos de ellos siendo muertes anunciadas porque nadie escuchó las denuncias de
la víctima. Y por si fuese poco, los medios masivos de comunicación se empeñan
en dar a la sociedad una imagen de la mujer que la sigue mostrando como ama de
casa radiante, esbelta y con la casa perfecta para cuando llega su marido de
trabajar; dan un modelo estético a seguir prácticamente inexistente, que lleva
a muchas mujeres a trastornos serios de la alimentación en su afán por
parecerse a lo que ven en la pantalla o en las revistas.
Se
avanzó muchísimo para lograr afianzar los derechos de la mujer, pero aún debe
avanzarse más.
¿Qué
es lo que quiero como mujer hoy?
Mis
pedidos son simples, son básicos, y deberían cumplirse para cualquier ser humano.
Quiero equidad, para poder estar al mismo nivel que un hombre sin burlas,
cobrando el mismo sueldo si cumplo la misma tarea. Quiero respeto en todos los
ámbitos, e igual trato en cualquier actividad que desee realizar. Quiero poder
decidir sobre mi cuerpo y sobre mi vida, y no quiero ser violentada ni que
otras mujeres lo sean.
A
las demás mujeres en su día tengo algo que decirles. La sociedad y los medios
no definen quiénes son ustedes ni el lugar que ocupan: no los dejen hacerlo.
Quiéranse y respétense, amen su cuerpo como es, que así es perfecto (y cuídenlo), y crean en
ustedes. La mujer que se quiere y respeta es soberana de sí misma, y así puede
lograr lo que quiere hacer, le pese a quien le pese.
¡Feliz día de la mujer!
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